Es imprescindible evitar que lleguen impurezas al motor. Por ello se realizan cambios periódicos de filtros de aceite, filtros de aire, filtros de combustible y filtros del habitáculo. 

Los frenos, los neumáticos y los amortiguadores son un triángulo de seguridad de los vehículos. Están interrelacionados entre sí y precisan estar en perfecto estado para mantener un correcto funcionamiento. Los discos y las pastillas de frenos son elementos de fricción se van desgastando con el uso y producen pérdida de capacidad de frenado. 

Signos de mal funcionamiento del sistema de frenado:

• Luz de advertencia 
• Vibraciones en el vehículo a la hora de frenar
• Pedal de freno duro
• Pedal de freno flojo
• Sonidos chirriantes al frenar

Un nivel insuficiente de aire o la goma desgastada influye directamente en la conducción puesto que los neumáticos son el único punto de contacto con la carretera. Circular con la presión indicada por el fabricante alarga la vida útil de los neumáticos, minimiza daños y permite ahorrar combustible.

Es imprescindible para que el motor y los sistemas eléctricos comiencen a funcionar. El mantenimiento y las revisiones periódicas de la batería alargan su vida útil.

La finalidad de las luces es ver y ser visto, además su incorrecto funcionamiento puede acarrear multas significativas. Las bombillas se funden. Las pequeñas piedras que impactan durante la conducción pueden dañar las luces. Además están expuestas a muchas horas de luz solar, lo que daña el vidrio volviéndolo borroso y reduciendo su efectividad. 

El embrague une las ruedas del camión con el motor. El problema más común es un embrague duro, que puede estar causado por diferentes motivos:

• Pedal desembragado
• Balancín de embrague defectuoso
• Cojinete de embrague defectuoso
• Fallo en el cable del embrague
• Pedales obstruídos
• Fallo en el muelle de asistencia del embrague